Add parallel Print Page Options

Levantad los ojos al cielo,
bajad la mirada a la tierra:
el cielo se disipa como niebla,
la tierra se desgasta como ropa,
sus habitantes mueren como moscas;
pero mi salvación es para siempre,
mi victoria no se agotará.
Escuchadme, los que conocéis la salvación,
pueblo mío, a quien instruyo:
no temáis las afrentas humanas,
no tengáis miedo a los ultrajes:
los consumirá la polilla como ropa,
los comerán los gusanos como lana;
pero mi victoria es para siempre,
mi salvación no se agotará.

Read full chapter